domingo, agosto 28, 2005

Wolverine volumen 3 #14



Fecha de publicación: junio 2004
Título: El regreso de la Nativa (parte 2)
Guión: Greg Rucka
Dibujo: Darick Robertson
Personajes: La Nativa, Lobezno, Dientes de Sable, Mr Willoughby, Mr Murray, Nancy.

Historia: En las cordilleras de la Columbia Británica, la Nativa se despierta sobresaltada al notar un extraño olor en los montes. Sale de su cueva y ve, a lo lejos, el humo de una fogata. En Seattle, Dientes de Sable irrumpe en el despacho de Mr Willoughby saltándose la vigilancia de Nancy, su secretaria. Se reúne con Willoughby y su mano derecha, Mr Murray, y les informa de que se ha puesto en contacto con Logan, pero que no le está siguiendo ya que sabe que, si lo hiciera, Logan le detectaría. Está dejando que se confíe, ya que sabe por dónde se mueve la Nativa y cuando lo crea conveniente podrá localizarlos a ambos siguiendo el rastro del olor de Lobezno.

En los montes, Logan descubre que la Nativa le observa, aunque le cuesta hacerlo ya que su olor se mezcla con el del bosque. Le dice que no tenga miedo y que se acerque a él, pero ella se toma su tiempo, ya que no se fía de ningún desconocido. Cuando decide acercarse a él, el viento la asusta y se sobresalta, pero Logan le dice que se tranquilice, que no pasa nada. Sin embargo, ella le recuerda del tiempo que compartieron en Arma X y le ataca desenvainando sus tres garras en cada mano. Se produce un forcejeo y Logan sale malherido.

Al día siguiente, Logan parte a buscarla y llega hasta su cueva, donde encuentra grabados que reflejan la estancia de la Nativa en el proyecto Arma X junto a otros dos sujetos más. También se refleja su fuga, en la que Logan tuvo que ver. Logan queda perplejo, ya que no recuerda nada de eso. Encuentra, también, una caja con algunos objetos, entre ellos algunos utensilios militares y varias placas militares, una de La Nativa y otra con el nombre de Lobezno. En ese momento, la Nativa aparece en la entrada de la cueva y huye, Logan la sigue y es atacado por ella hasta el punto de entrar en un estado de furia animal. Ambos luchan con todas sus fuerzas, pero en el último instante, algo se despierta en ellos, paran la lucha, desenvainan las garras y se besan.

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